Es un hecho conocido que en hospitales y clínicas se suelen producir contagios en salas de espera, salas de cura o incluso en quirófanos. Estos contagios se producen por contacto o, más generalmente, por vía aérea.

El uso del ozono en los centros médicos para purificar el aire es una solución óptima para mejorar la estancia y el bienestar de los residentes.

En las concentraciones adecuadas el ozono es capaz de crear ambientes purificados, libres de agentes contaminantes, frescos y sin ningún tipo de olor desagradable.

La ozonización del aire y de los conductos de ventilación en hospitales reduce de forma notable los contagios que se producen por vía aérea. Además de la prevención de contagios en salas de espera y consultas, el ozono también puede jugar un papel importante en la limpieza de las habitaciones, en el lavado de la ropa de los pacientes o en la esterilización de colchones y almohadas.

De las mejoras en la salubridad de la atmósfera de estos centros también se beneficia de manera clara el personal que atiende a los residentes, con lo que se reduce el índice de ausentismo laboral provocado por contagios de enfermedades.

Sin complicadas instalaciones ni grandes desembolsos puede disfrutar de una atmósfera despejada de olores, oxigenada y exenta de microorganismos que beneficiará su salud.